El flamante diputado nacional del FIT-U por la provincia de Jujuy estuvo en la ciudad. Charlas y actividades en el marco de la campaña para frenar el acuerdo con el FMI y un encuentro con Olga Curipan en la casa cultural “Ruca Kimun Mapuche” fueron los ejes principales de su paso por Bahía.
El biólogo Pablo Petracci afirmó que el proyecto de Equinor y el gobierno nacional utiliza “una técnica muy peligrosa que genera un impacto irreversible”. Detalló las afectaciones que podrían sufrir las especies marinas -como la ballena franca y el delfín franciscana- y advirtió los riesgos para los pescadores artesanales bahienses por el impacto que podría tener en El Rincón.
(Por Astor Vitali) Este sábado a las 17 en la Biblioteca Bernardino Rivadavia es una buena oportunidad para conocer un nuevo libro… “Antes que el tiempo arrase con todo”. Se trata de poesía reunida y selección de cuentos de Nicolás Guglielmetti. Es la primera publicación de Unidad de Sentido.
Luego de un par de robos consecutivos en el Club Sixto Laspiur, su referente, Walter Uranga, dialogó con FM De la Calle y reflexionó sobre las causas que llevan a alguien a atacar a una entidad que apuesta por los pibes y las pibas del barrio. “El Sixto es así, juega un partido y hasta el último segundo no se rinde jamás, aunque estemos diez goles abajo”.
El ex camarista federal Luis Alberto Cotter dialogó con FM De la Calle sobre su intervención en la investigación de los crímenes de lesa humanidad durante la transición democrática, la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de impunidad y los indultos y las problemáticas actuales del Poder Judicial. La clave: independencia y mecanismos democráticos para la selección de jueces y juezas.
“Acá lo que importa son los verdes y no necesariamente el verde del hidrógeno sino el monto de la supuesta inversión. No se está hablando de un proceso de transición energética, de descarbonización de la matriz, de abandono de los combustibles fósiles sino de dólares”, dijo a FM De la Calle el periodista especializado Hernán Scandizzo.
El lonko Mauro Millán, de la lof Pillán Mahuiza, dialogó con FM De la Calle sobre el pueblo mapuche, sus demandas territoriales y los intereses que enfrentan en Patagonia. Afirmó que el Estado debe reconocerles como “actor político” y que “jamás se puede llamar a una mesa de diálogo convocada por el Ministerio de Seguridad”.
El filósofo y escritor José Pablo Feinmann dialogó con FM De la Calle acerca de la falta de ideas en la campaña electoral. Afirmó que el diálogo es imposible con una oposición destituyente y que el gobierno está “a la defensiva y contra las cuerdas”. “Lo que falta es en la discursividad, falta argumentación convincente, faltan respuestas enérgicas, claras y valientes. Eso es una gran debilidad”.
“Hay toda una preocupación por el voto joven, que replica una mirada hacia las juventudes que las habla mucho pero las escucha poco”, dijo a FM De la Calle Pablo Vommaro, historiador y co-coordinador del Grupo de Estudios de Políticas y Juventudes de la UBA, al analizar la campaña electoral.
El ex camarista federal Carlos Rozanski habló con FM De la Calle sobre los discursos de odio de los referentes de la derecha que participarán de las elecciones legislativas. Destacó la necesidad de una justicia democrática que rompa con las complicidades y la impunidad de la “organización criminal” que conduce los destinos del Poder Judicial.
(Por Astor Vitali) Acaba de cumplir 84 años y, luego de bajarse del escenario en la anterior función, uno de los músicos que trabaja con él le dijo: “hoy te escuché cantar mejor que en el ´83”. Llega a Bahía Blanca con Piazzolla Inmortal. En diálogo con FM De la Calle, el maestro explica cómo construyó este espectáculo durante el 2020, mientras no se podían llevar adelante actividades presenciales. Pero además, en esta conversación, exploramos sus ideas acerca de la cultura argentina contemporánea, el machismo, el trabajo de la voz como instrumento y la reivindicación del libro como herramienta para la libertad.
Activistas de diversos sectores exigen que durante la campaña electoral les candidates se pronuncien sobre “proyectos estratégicos y propuestas concretas en relación con la protección de los bienes comunes como el agua, los ecosistemas y el territorio”, que apunten a “reducir la pobreza estructural (tierra y servicios; techo y trabajo)” y contemplen “una agenda de […]
Desde la columna cultural de En Eso Estamos definimos oponer reflexión contra la reacción que genera la violencia organizada. Por eso, FM De la Calle invitó a debatir al escritor, poeta y docente Mario Ortiz, a la actriz y delegada general de la Asociación Argentina de Actrices y Actores Belén López, y al actor, director, integrante del Centro Cultural La Panadería y militante por los derechos humanos Alberto Rodríguez.
¿Qué análisis hacen a partir del atentado?
Belén López: Es algo que conmueve, o debería conmover, esto que sucedió, a lo que le doy el nombre de atentado. No cualquier atentado, porque por ahí hay chicos o chicas que salen o atentan contra la propiedad privada y escriben un grafiti… sino que esto tiene un tinte político más ligado a lo terrorista porque está estrechamente vinculado con un partido político, hacia un sector político y casualmente es el que está gobernando, al menos a nivel nacional y provincial. Y que acá en Bahía Blanca tendrá su trabajo en torno a la política.
Levantarme a la mañana y escuchar esta noticia me dejó perpleja. Es algo que no se puede permitir en democracia y no hay que minimizarlo diciendo fue un grupo de dos o tres loquitos que no saben en qué ocupar el tiempo y están enojados con la cuarentena. Hay que tomarlo con la seriedad que esto amerita porque vivimos en democracia, porque las ideas no se deben imponer mediante la violencia, porque para eso están las urnas: para decidir qué rumbos tome el gobierno que fuere.
Me dejó perpleja y a la vez con este estado de alerta que se expresa en el cuerpo; ponerse la piel de gallina, quedarte anonada. Nosotros conocemos del terrorismo de Estado, no queremos repetir. Estamos atravesando un nuevo período de juicios en Bahía Blanca y pensar en la posibilidad de que puede haber este tipo de atentados nos ubica en un lugar en que hay que tener mucho cuidado, hay que ser muy cauteloso y sobre todo no minimizar la situación.
En un contexto, además, de pandemia donde seguramente se tomen medidas que no son agradables para nadie pero que tenemos que poner por delante, preservar la vida de la gente. Sabiendo que la situación económica se viene atravesando y se arrastra hace más de cuatro años. Es una situación muy compleja en términos económicos y laborales, nadie lo discute, pero la salud y la vida de las personas tienen que estar por encima de cualquier mezquindad política, personal de algún sector. Creo que lo ocurrido tiene que estar profundamente analizado y que la sociedad tiene que tomar conciencia de que estas cosas no pueden ocurrir. Esto tiene un tinte mucho más político y profundo que no podemos naturalizar.
Mario Ortiz: Ante todo, coincido con Belén. Lo que hemos sentido, en primer lugar, ha pasado por el orden de lo corporal. Por esa sensación de escalofrío, de angustia. Porque, para los que ya peinamos algunas canas, esto nos hace retrotraer a viejas épocas. Yo lo primero que sentí es estamos retrocediendo cuarenta casilleros. Porque es pasar ya a la política por el hecho, a la política por el acto, a la acción directa.
Desde otro punto de vista, es la materialización, la puesta en acto de un estado de violencia que ya está instalado y lamentablemente muy instalado. Lo que pasa es que hasta ahora esa violencia es verbal, es simbólica. Por ahora no ha pasado mucho más allá de las palabras. Sin embargo, hemos estado viendo una escalada de violencia. Efectivamente, lo hemos visto ya en las pintadas del Frente de Todos el año pasado. Pero esto es algo que no se da solamente aquí, es algo nacional e internacional. Lo hemos visto en las pintadas en la escuela hebrea.
Pero esto es algo que estamos viendo cotidianamente en todos lados. En los comentarios de las redes sociales, en los diarios. No nos asombremos que ocurran estas cosas cuando los periódicos, los principales portales de noticias de Bahía Blanca habilitan sus espacios para que los lectores escriban las bestialidades más horrorosas que en otras épocas le hubiese valido la cancelación del diario o la apertura de un juicio por instigación a la violencia. ¿Cuántas veces hemos escuchado o visto carteles qué se muera la yegua o que hay que limpiar el país de kakarulos, etcétera? Esto está. Era cuestión de tiempo para que esto pasase a la acción. Y es lo que hemos visto.
Bahía Blanca lamentablemente siempre es como un laboratorio político del país. No sé si esto va a desaparecer tan rápido. Si en las próximas horas no hay un esclarecimiento completo y absoluto de la justicia eso va a ser una señal de que aquí va a haber un modus operandi al que lamentablemente vamos a seguir viéndolo en el tiempo.
No quiero ser derrotista o dramático con esto. Pero estos son lamentablemente los modos de hacer política que se están instalando en Latinoamérica y en el mundo. Ayer o antes de ayer, en México, mataron a una precandidata a intendente y, en los últimos años, ya llevan cien muertos políticos. Recordemos lo que ha ocurrido en Colombia. Esto es parte de un clima de recalentamiento social.
Alberto Rodríguez: Comienzo por adherir a lo que dijeron les compañeres. Mi solidaridad con los compañeros de La Cámpora. Y siguiendo con las reflexiones que termina de exponer Mario, creo que Bahía Blanca todavía no ha juzgado lo que sucedió hace más de cuarenta y seis años. Cuando la justicia no llega, deja el camino abierto a que esos grupos sigan operando con total libertad.
Acá se ha tratado de pasar al olvido y cuando una sociedad quiere olvidar hechos trágicos como los que nos sucedieron en Bahía, vuelve como un grotesco a reproducirse con los mismos métodos. Para colmo, en una situación donde escucho a políticos decir que ojalá haya sido un loquito. Otros que me sorprendieron diciendo que Bahía Blanca es una ciudad armoniosa, que no ha tenido nunca sectores fascistas. Entonces, si dos políticos de distintos lugares hablan de esta forma, yo ya me estoy preocupando y mucho. Creo que no va a ser con ellos con los que vamos a tener que contar.
Para colmo, la justicia federal, en un primer momento, dice que no tiene nada que hacer. Así que más me preocupo. Quien va a investigar es un fiscal con el cual evidentemente no tengo muchas garantías, un fiscal que ha dejado a los genocidas en libertad.
Y recuerdo que en la época, como decía el amigo Mario hace cuarenta casilleros atrás, voló el Teatro El Tábano, en calle Estomba, le pusieron otra bomba a la Caja de Crédito Bahiense. Hoy toca a La Cámpora. La justicia esperemos que lo resuelva. Todavía no ha resuelto lo de hace cuarenta casilleros atrás, pongámosle fichas para que este casillero lo pueda cubrir.
Yo tengo mis dudas porque esta es una ciudad donde los grandes sectores de poder han tenido mucho que ver con los atentados de otras épocas, han sido los que pusieron plata y pusieron ideas. Es más, yo tengo la certeza de que los alegatos de la defensa de los imputados en el juicio de la Triple A los escribió un ex juez e imputado también por pertenecer a esa organización. Por lo tanto, es muy difícil dar una sensación de seguridad a una sociedad que no ha sabido llevar adelante un hecho de justicia durante cuarenta y seis años, ni ha exigido como sociedad, no digo como organizaciones políticas que sí lo hemos hecho.
Es un llamado de atención a los sectores populares que todavía miramos de reojo a los compañeros que tenemos al lado. Creo que es un momento donde la necesaria unidad de los sectores que vamos a ser atacados estemos juntos.
Creo que hay que tener en cuenta a la Constitución, que dice que como ciudadanos tenemos derecho a defender la democracia frente al ataque que estamos teniendo. No confío en algunos políticos, no confío todavía en la justicia, en lo único que confió es en mis compañeros. Por eso los invito a conformar una unidad férrea para que podamos indicar y señalar dónde están los culpables.
Han señalado en distintas intervenciones la presencia de la violencia con un grado de plafón social. Pensando desde la cultura, que suele ser un lugar en el que se reflexiona con la mente, con el espíritu y con el cuerpo, donde se interviene en lo que va aconteciendo socialmente, una pregunta es recurrente ¿qué hacer con esta cuestión? Porque lo primero que aparece es la bronca ante la violencia y la bronca suele ser fuente de reacción que es el estímulo al que nos están llevando a jugar. A una reproducción de un modo de la política que va en sentido contrario a la necesidad de unirse en la diversidad. El interrogante abierto, una vez que hemos analizado qué significa este atentado es qué hacer en estas circunstancias y, obviamente, en una situación de poder muy dispar, situados en la cultura.
Belén López: Escuchaba lo que decía Mario con respecto a que son situaciones que no son aisladas o que no son privativas de nuestro país. Hay una escalada a nivel mundial de una ultraderecha que está queriendo pedir pista y que en algunos lugares viene aterrizando con efectividad, si lo pensamos en cuánto a lo que ocurrió hace poco en Madrid con la alcaldesa que ganó las elecciones. La ultraderecha hizo un trabajo muy delicado utilizando el discurso de la pandemia.
Yo creo que, como lo hemos venido diciendo desde el sector cultural en Bahía Blanca, la pandemia no es lo que vino a generar la crisis sino que la pandemia fue para muchos la excusa ideal para establecer desde allí un discurso del odio. Agarraron la idea de la pandemia para que estas ideologías de ultra derecha surjan con un discurso acerca de las libertades y de la democracia en estas épocas cuando en realidad ellos nunca fueron proclives justamente a hablar de libertad y a defender las democracias. Esta condición de pandemia es una bandeja de plata que vino para soportar y dar lugar a este tipo de discursos, donde la gente se envalentona y sale a replicar por las libertades individuales: yo en democracia hago lo que quiero.
Me parece que tenemos que pensar que en democracia tampoco es que se puede decir y hacer lo que se me antoja sin consecuencias. Porque lo que no se miden son las consecuencias. Yo hago y digo lo que quiero total no me hago responsable de lo que pueda provocar en el otre. Y ahí me parece que tiene que estar la justicia.
Lo estamos viviendo en la Argentina. Los medios de comunicación hegemónicos salen y dicen lo que se les ocurre. Inventan mentiras sobre las fantasías más impensadas en estas épocas y no hay consecuencias.
Pasamos cuatro años de un gobierno que contrajo la deuda más grande, que generó un quiebre total en la sociedad argentina, desde el punto de vista que lo mires, y no hay consecuencias de todo esto. El tipo que afanó se puede ir y no va a pasar nada. El tipo que quebró un país y se apropió de infinidad recursos y no pasa nada. Personas que salen en los medios a decir barbaridades y no pasa nada. Y este no pasa nada se replica socialmente, se reproduce en las diferentes clases sociales y no se reflexiona.
Entonces, desde el sector de la cultural, desde el sector de la educación tenemos también una fuerte responsabilidad en cuanto a cómo llevamos nuestro mensaje, en este caso a los adolescentes, a los chicos y chicas de las escuelas, a la gente en los espacios culturales. Me parece que en las futuras generaciones es donde tenemos siempre que aportar en la reflexión, en la construcción de un pensamiento crítico.
No podemos pensar que hacemos y decimos lo queremos sin que haya consecuencias. Las consecuencias son gravísimas y las estamos viviendo día a día con ese discurso del odio. No puede ser que pensemos en términos monetarios solamente. Lo que ocurrió con el decreto del presidente hace un tiempo atrás, que se lleva a la justicia, se judicializa la decisión de un presidente que tiene la facultad para definir destinos de su país en situación de catástrofe. Un intendente, viene y dice yo las escuelas las abro igual y me cago en lo que diga un presidente… me parece que estamos mirando de manera muy parcial y no hay responsables de las consecuencias de esas decisiones.
Culturalmente tenemos que llamar permanentemente al diálogo pero también a la firmeza: hasta acá se llega. Si no hay una reflexión desde el conjunto de la sociedad de ponernos a pensar que tiene que haber un límite a esta escalada de violencia y de discursos del odio, me parece que no nos va a alcanzar con que un sector salgamos y tratemos de abrir los ojos.
El individualismo se instaló y muy fuerte. Digo y hago lo que quiero, total yo pago mis impuestos. No puede ser todo gratuito. Hay gente que se está muriendo, que está pasando hambre, hay gente que no tiene trabajo. Hay que cuidar eso y hay que cuidar las fuentes laborales. Tenemos, como sociedad, que empezar a reflexionar que nuestras acciones tienen consecuencia y no podemos salir de esto solos. La salida siempre será colectiva o no será.
Mario Ortiz: Coincido completamente. Yo creo que a los que somos trabajadores, trabajadores intelectuales, artísticos, los que estamos en el campo de la enseñanza, de la educación, del arte, nos compete una responsabilidad y una tarea muy grandes. Porque precisamente en estos momentos de profunda irracionalidad –y el fascismo es tremendamente irracional, apela a lo peor, a lo más visceral, el odio del ser humano- nos toca la misión de llevar una cuota de racionalidad, de reflexión y de docencia.
Ayer, en las clases que tuve, lo primero que hice fue destinar diez, quince minutos a reflexionar sobre esto. Les decía: chicos, ustedes que son jóvenes tienen que empezar a agudizar el pensamiento crítico y no prenderse en la locura de los adultos porque los adultos están locos, estamos todos locos.
Desde la educación hay una tarea, desde el arte también. Pienso en Alberto que han hecho desde La Panadería obras de Bertolt Brecht, que hacía teatro didáctico, para hacer reflexionar a la clase trabajadora. Ellos hicieron la obra Arturo Ui, sobre como asciende el fascismo. Yo creo que una de nuestras principales tareas en estos momentos es precisamente la de movilizar la reflexión. Como bien se dijo, el primero impulso es de bronca, pero no. Porque eso es entrar en la lógica de ellos, es responder lo que ellos querrían que uno haga, entonces uno reduplica.
Ahora, al mismo tiempo hay que exigir también a la clase política que haga una suerte de pacto. Si no hay entre ellos un pacto de convivencia democrática, si ellos mismos no les hacen bajar los decibeles a sus referentes nacionales, vamos hacia un enfrentamiento cada vez peor. Y estoy pensando en las vociferaciones de los referentes políticos que ya conocemos todos. Basta con las arengas porque si todo sirve para hacer una mínima diferencia de voto, entonces la política está yendo muy mal. ¿Qué es lo que quieren? ¿Qué volvamos a épocas antiguas en donde en la mesa de negociación política poníamos muertos arriba? No. Pongamos argumentos, pongamos intereses en pugna, en liza, pero no pongamos muertos en la mesa de negociación.
Alberto Rodríguez: Es así, partiendo de esto último que decís, entonces, falta decisión política. Pero ellos la tienen. Mencionabas México, Belén a Madrid, yo agrego Colombia. Entonces reflexiono, pienso, y digo Chile. Ese es el camino.
No quedan más caminos que buscar una nueva forma de pensar, no solo el pensamiento en la política sino también en la acción. ¿Cuál va a ser nuestro pensamiento desde lo político para la unidad y la unidad en acción para frenar a esta locura?
A la derecha no le importa: llamarlos a una reflexión, si no es con la gente en la calle no lo veo. La reflexión la podemos hacer en una mesa, en un ámbito de compañeres, donde analicemos y obtengamos cuáles son nuestros errores y cuáles son las virtudes de esta derecha fascista. Ustedes han puesto sobre la mesa las virtudes de ellos. Falta que analicemos cuáles serían nuestras virtudes para frenar esta situación. Creo que eso todavía no lo tenemos claro. Sabemos que somos buena gente, de todos mis compañeres, sé que cuento con excelente gente. Pero lo que nos falta es tener claro por dónde y con qué ideas llevar adelante la acción. Y creo que ahí es donde ellos nos van ganando esta batalla.
Espero que los muertos no aparezcan. Espero que los Facundo tengan justicia. Espero que los Watu tengan justicia. Y espero que aquellos que hoy están avanzando nuevamente, podamos frenarlo, pero que reflexionemos, que analicemos y que luego accionemos. De otra forma vamos a ser muy buena gente en las mesas de diálogo pero no vamos a frenarlos si no es en la movilización y en la unidad.
Les propongo hablar a aquellas personas que no se sienten politizadas, que laburan todo el día, que no están haciendo lecturas de la política, fuera de los microclimas, que están estudiando y no encuentran la vinculación entre su estudio y la política, el que está changuendo y el sonido de las tripas le resulta un sonido más fuerte que el estruendo de esta bomba o las resonancias de la discusión política.
Belén López: Hay que pensar en este juego del hartazgo al que nos están llevando, con esta reproducción constante en los medios. Pero no nos olvidemos que estamos en pandemia y hay que ser muy respetuosos de la vida del otro. Porque el contexto nos está también dando los tiempos para decir cuándo y cómo. Yo creo que el día que sea posible, nuestro pueblo va a salir a la calle. Pero también nuestro pueblo es muy consciente de lo que está pasando.
Creo que también la charla uno a uno, con el vecino, con la escuela, con el familiar, con el amigue, con quien nos vamos cruzando, permitirnos ese debate que a veces nos resulta desgastante.
Y también pensar en que no necesariamente está todo perdido. Quiero ser optimista, porque lo que ocurrió me tiró abajo un montón de estanterías. Me parece que es no bajar la guardia, tener una defensa de nuestros principios ante quien quiera venir a hablar en este contexto de pandemia.
Algo que a mí me sostiene es pensar en la defensa de la alegría. Siempre me queda en la mente tintineando esta frase de defender la alegría como trinchera, como bandera. Le agregamos la democracia, los derechos del pueblo, el arte, la cultura. Defenderlas como un destino que necesitamos, parafraseando a Mario Benedetti. Esta gente viene para instalar en nuestras mentes el cansancio, el hartazgo, la frustración. No nos olvidemos que Mauricio Macri quería crear el Ministerio de la Felicidad. Es muy retorcido lo que dijo. Manejan las emociones y las sensibilidades de la gente con sus manipulaciones.
Coincido plenamente con Alberto y con Mario con la idea de sostener una unidad. Llevarla adelante porque cuando se nos diga, el pueblo va a estar donde tiene que estar. Allí seguramente nos encontraremos, nos abrazaremos porque sabemos que esto es entre todes y no de manera individual.
Mario Ortiz: A mí me parece que es el momento en que hay que hablarle mucho a la juventud, a los adolescentes. Hoy, lamentablemente, lo progresista, lo fashion es ser libertario, es Milei, es Espert. Cuidado con eso. Porque en su momento, no nos olvidemos, los muchachos de las camisas pardas también fueron muy populares en la juventud. No me refiero a los boy scouts: me refiero a las juventudes hitlerianas. Lo que pasó una vez, puede llegar a pasar.
Es decir, que el progresismo pase a la retaguardia, a ser lo conservador, y que lo progresista ahora sea Milei lamentablemente puede ocurrir. Tenemos que estar atentos a esto. Tenemos que hablar. En las juventudes tiene que haber un compromiso muy importante. De todos los partidos, porque todos los partidos tienen sus militancias juveniles. Si no hay un acuerdo político de base, que ellos mismos presionen a sus dirigentes, ahí sí estamos complicados.
Es como decir, bueno, marquemos una cancha, un territorio, los límites. ¿Cuáles son los límites dentro de lo que vamos a jugar y cuáles son los que no tenemos que pasar? Este tiempo he estudiado algunas cuestiones históricas de la masonería y tiene una cosa que se llaman los Landmarks, las reglas, los límites, qué es lo que define qué es masonería y lo que no lo es. Tenemos que definir en qué territorio, en qué cancha vamos a jugar: quien se pase de aquí, listo, este es el límite más allá del cual comenzamos a hablar otras palabras… ya no hablamos palabras sino que empezamos a hablar de acción.
Alberto Rodríguez: Las personas que hoy van cayendo en la acción individual, en el sálvese quien pueda, son el caldo de cultivo de aquel fascismo, del ascenso de Hitler, y también de la dictadura en nuestro país.
Hoy la dictadura no va a llegar a través de las fuerzas armadas, quiero pensar. Pero la metodología con la que se maneja esta gente tiene mucho que ver; endeudaron al país para someterlo económicamente y ahora comienzan pequeñas acciones de eliminación de aquellos que no van por el camino que ellos quieren.
Hoy es una bomba. Está bien, que investiguen, pero no seamos ingenuos. Yo le diría a mi vecino o a los jóvenes, que no seamos ingenuos: ellos no vienen para darte la libertad, ellos vienen justamente para atar tus pensamientos, para hacerte obedecer a aquellos que el poder pretende instaurar, que es un poder económico. No vas a salir beneficiado, monotributista, te vas a cagar de hambre, sos una herramienta de la mano de obra que ellos necesitan tener ahí afuera.
Van a venir por achicar el mundo sindicalizado. Vienen por el fin de los sindicatos, el fin de los trabajadores en relación de dependencia. Todo aquello que le va a dar mayor ganancia a los grupos más concentrados del poder económico.
Lo que pretenden los Milei y los libertarios no es libertad, es sometimiento. Estoy seguro que el freno no va a ser solo charlar sino unidad, con estos límites que planta Mario, en el pensamiento, con esta fuerza que plantea Belén, pero en la acción.
No sé cuánto tenemos que esperar. Yo no estoy loco ni quiero el contagio de mis compañeros pero en algún momento tenemos que decirle a nuestros dirigentes dónde están los límites, qué esperamos de ellos y que no se hagan los tontos en Bahía Blanca, por lo menos.
No se puede mirar al costado: hay que decir nombres, hay que decir de dónde viene esta bomba y qué es lo que pretende. Bahía Blanca no es una ciudad armoniosa, en Bahía Blanca el fascismo ha hecho escuela. Aprendamos, por favor.
En una nueva entrega de Asuntos Latinoamericanos, la historiadora Julia Giménez entrevistó a Pilar Troya Fernández, subsecretaria de Educación de Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa.
Dialogaron acerca de la modificación de algunos artículos de la ley que penaliza el aborto. A partir de esta reforma se legalizó la interrupción del embarazo por causales de violación o estupro.
“Lo que ha pasado a partir del ‘Vivas Nos Queremos’ contra la violencia a partir del 2016 es que han surgido un montón de colectivos feministas más jóvenes, un relevo generacional. Había menos organizaciones antes y la agenda era menos radical”, dijo Troya Fernández a FM De la Calle.
Explicó que “el aborto estaba penalizado por distintas causales, excepto riesgo de vida de la madre, y decía ‘violación o estupro de mujer idiota o demente’. Eso era el Código Penal del año 1934. Hubo una disputa interna dentro del partido, cuando estaba Correa, porque él estaba abiertamente en contra y el Código Penal quedó idéntico pero con una redacción que decía ‘mujeres con discapacidad'”.
“Hubo una serie de colectivos que presentaron una demanda de inconstitucionalidad respecto a esos artículos. La Corte reconoció que eran inconstitucionales y que no tiene sentido hacer discriminación entre mujer con o sin discapacidad respecto a lo que es una violación y atendiendo a los principios de derechos humanos y de la posibilidad de no revictimizar”, comentó Fernández.
Por último, señaló que “lo que pasó no es una legalización, la Corte dijo que son artículos inconstitucionales y que la Asamblea tiene 6 meses para redactar una nueva ley”.
En el contexto del 24 de marzo, FM De la Calle entrevistó a Pablo Stefanoni, doctor en Historia (UBA), jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad y autor del libro ¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común.
Proponés tomarnos en serio a estas derechas y a su vez planteás que, por ahora, son marginales porque hay anticuerpos como “Nunca Más”. ¿Qué elementos de estas las derechas alternativas persisten de aquel viejo proyecto que implantó el terrorismo de Estado y de qué manera pueden ir socavando ese acuerdo social?
La idea del libro era hacer un mapeo de figuras, de grupos e ideas de extrema derecha o de derecha alternativa y cómo eso va a operando en el mundo. En el libro se habla más bien de un fenómeno político cultural y de una atracción juvenil de estas derechas que tienen un discurso transgresor hoy, que compite con la izquierda construyendo un discurso antisistema. Después se discute contra qué sistema están peleando.
América Latina es particular porque la única experiencia que hay hoy es la de Brasil y la particularidad es que hay alguna conexión en el caso de Bolsonaro con una reivindicación de la dictadura militar.
En Argentina hay un intento por construir una derecha del PRO, que no tiene conexión en sí con la dictadura ni con personajes de la dictadura pero parte de la trasgresión era poner en duda la cifra, los derechos humanos. Aparece por ese lado parte de ese discurso “transgresor”, poniendo en cuestión la política de los derechos humanos.
En este tiempo se mezcló con la propia grieta del kirchnerismo, ahí creo que es efectivo el discurso para atraer a muchos jóvenes. No son mayoría ni nada, pero empieza a ser un fenómeno político cultural que es importante mirar.

¿Esto viene en relación a espacios que cede la izquierda o los sectores progresistas? Por ejemplo, en cuanto a la corrección política, ¿ahí habilita el juego a esa rebeldía de derecha?
Sí, hay todo un debate si el progresismo se moralizó demasiado, qué es hoy la corrección política, si el progresismo se volvió un poco conservador en el sentido de que las imágenes de futuro son muy negativas, incluso distópicas. Esto no solo afecta al progresismo sino a las derechas o centroderechas convencionales. Fue claro el caso del Partido Republicano donde el trumpismo desplaza a los neoconservadores de la era Bush o Reagan. Algunos se reconvierten pero otros son desplazados y quedan con la sensación de que Trump les copó el partido. Las “víctimas” de estas nuevas derechas son el progresismo y las derechas más convencionales. Hay una imagen de futuro muy negativa y el progresismo en general trata de defender lo conquistado, el Estado de bienestar, la forma de trabajo que hay. Creo que en la era Trump se profundizó eso de defender el statu quo con el miedo a que lo que venga va a ser peor. Eso es un problema para la izquierda porque en muchos lugares el descontento social, el enojo, la crítica a la política convencional se canalizó con fuerza hacia la derecha.
Es bastante variopinto el mapa de las derechas alternativas. ¿Cómo sintetizarías las principales corrientes y qué tensiones hay entre ellas?
Si uno mira el mundo hay algunos clivajes: hay extremas derechas más neoliberales, otras más partidarias de un Estado de bienestar pero solo para los nativos. Por ejemplo, Marine Le Pen en Francia o Matteo Salvini en Italia o Los Hermanos de Italia que son partidarios de mantener el Estado de bienestar pero excluir a los migrantes. Pero hay otras fuerzas como Vox en España o Alternativa por Alemania que son más neoliberales. Hay otros más partidarios de la alianza con EE.UU. frente a otros que miran a Rusia o Asia como una posible fuerza que les permitiría luchar contra la Unión Europea. Hay antisemitas clásicos, al viejo estilo. Hay algunos que ven a Israel, sobre todo en la era Netanyahu, como una fuerza para luchar contra el islam. Algunos partidos que vienen de viejas fuerzas post fascistas mientras que otros son populistas de derecha sin conexión con el viejo fascismo europeo.
Es un mundo de fuerzas diversas, es verdad que en la medida que se acercan al poder algunos cambian posiciones, hoy casi nadie planeta salir de Europa, antes era una consigna fuerte.

En el caso argentino vemos un espacio a la derecha del PRO que va desde los libertarios –que son una corriente nueva- hasta Gómez Centurión y sectores vinculados al nacionalismo militar, pasando por derechas más católicas. Lo interesante es cómo hay un paraguas que hace que esa gente esté tratando de actuar en un terreno común y construir una fuerza, con muchas divisiones pero sociológicamente existe un espacio de Argentina al que creo que le gustaría que hubiera una fuerza más claramente de derecha, más ideológica. Mientras que el PRO siempre era reacio a hablar en términos ideológicos.
No siempre escuchamos con atención a personajes como Javier Milei, quien dice cosas como estas: “Estoy fuertemente comprometido con la batalla cultural y la sensación que tengo como liberal libertario que soy es que cada vez que piso una baldosa escupe socialismo la Argentina. (…) Yo soy anarco capitalista, filosóficamente. Pero entiendo que el mundo por el momento tiene restricciones y, por ende, soy minarquista de corto plazo. Es decir, considero que el Estado para lo único que sirve es para seguridad y justicia. (…) Utilizan el monopolio de la fuerza para imponerte la esclavitud fiscal. De hecho, si yo tuviera que elegir entre el Estado y la mafia, me quedo con la mafia. Porque la mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente. Y sobre todas las cosas, la mafia compite”.
También aparecen Agustín Laje o Nicolás Márquez, dos personajes cercanos a Vicente Massot, ex director de La Nueva Provincia. ¿Qué otros elementos hay en esos libertarios locales o paleolibertarios?
Milei creo que es el que trajo al libertarismo de derecha a Argentina, que es una corriente que incluso en EE.UU. era bastante minoritaria. Plantea estos términos nuevos como anarcocapitalismo. Una especie de crítica radical al Estado.
Mientras Milei está muy presente en los medios con un discurso de la economía, Agustín Laje, que está en una batalla cultural contra el feminismo, tiene poco espacio. Eso tiene que ver con los espacios actuales: es más fácil discutir anarco capitalismo en los medios que invitar a alguien que es anti feminismo. Laje tiene muchos seguidores en internet pero lo invitan mucho en América Latina y da charlas. En el caso de Milei también hay cierta proyección a América Latina.
Paleolibertarismo es una corriente que articula una crítica radical al Estado, anarcoapitalista. Por otro lado, una defensa de valores morales conservadores. Eso explica porqué los libertarios están en contra de la legalización del aborto, que no es una obviedad porque el libertarismo clásico está a favor, porque si la idea es eliminar el Estado es para poner la libertad individual como un valor. Mientras que el paleolibertarismo es mucho más conservador y se ubica más a la derecha radical.
Son dos figuras que tienen llegada a los jóvenes. Después tenés más dinosaurios. Milei desprecia mucho a los viejos liberales y esos viejos liberales cuestionan a Milei. Milei apela a armas retóricas no convencionales, apela a este tipo de imágenes donde la mafia es mejor que el Estado, que la justicia social es una mierda.
Instala dos ideas claves: la anti política y el derecho a no pagar impuestos. Eso hoy tiene un terreno en Argentina para expandirse.

También señalás en el libro el homonacionalismo y el ecofascismo. ¿Cómo los explicarías?
El capítulo de homosexualidad de extrema derecha se basa en cierto interés personal en ver por qué había muchos liderazgos en la extrema derecha europea que se asumían como homosexuales.
En el caso de los países de norte de Europa, no tanto en el sur ni en el este, hay una votación de poblaciones de gays o lesbianas hacia la extrema derecha. Hay fenómenos de “normalización” de la homosexualidad y de dejar de ser un grupo oprimido en las capitales occidentales. En el caso francés como Marine Le Pen fue muy hábil para usar a la minoría LGBT, contra la minoría musulmana o árabe y plantear una defensa de la laicidad.
En el caso argentino es menos fuerte ese fenómeno pero hace poco se conformó una agrupación que se llama “Puto Bullrich” que de a poquito está más visible. Terminó siendo un espacio pequeño pero significativo de apoyo de sectores LGBT a la ex ministra de Seguridad.
Y en el caso ecofascismo es un debate más filosófico. Es toda una corriente que intentó juntar ambientalismo y pureza racial. La pregunta es si en el futuro lo que va a predominar va a ser la idea de que todos estamos en el mismo barco, la idea de la nave tierra en la que o nos salvamos todos o no se salva nadie u otra lógica que algunos llaman la ética del bote salvavidas en el que no entran todos. Empieza a haber un discurso ambiental de extrema derecha.
Nos acostumbramos a que la extrema derecha es negacionista del cambio climático, es Trump. La idea del libro es: estemos preparados para otros discursos, que la extrema derecha sea también gay, que no sea solo homófoba, que tenga un discurso ecológico.
Desde el progresismo y la izquierda a menudo se cae en cierta subestimación de estos discursos. Parecen “locuras” que no apelan a nadie, sin embargo, tienen plafón social. Lo mismo ocurrió con el fascismo. ¿Encontraste similitudes entre los discursos violentos actuales y los que construyó el fascismo como fenómeno social de masas?
Las derechas hoy no se organizan de esa forma, no construyen partido de masas. Hoy va más por un tipo de cultura de internet. Hay muchos debates sobre cómo nombrar esto. Algunos las nombran como derechas post fascistas.
Hay un italiano que vive en España, Steven Forti, que habla de extremas derechas 2.0 para señalar este aspecto de cómo cambió la lógica de reclutamiento, de difusión. No existe esa dimensión de masas al viejo estilo, es más post moderna. Riman pero reformulan cosas: hoy nadie habla de superioridad de razas pero se habla en clave cultural en ese sentido. Hay una defensa de la cultura occidental o cosas que remiten a ese tipo de discursos.
En el caso europeo el tema del islam es el vector para una serie de discursos. Yo puse una frase que dice la historia no se repite pero rima.
Un historiador, Sternhell, decía que el fascismo no fue simplemente una contrarrevolución, compitió con la izquierda por otro tipo de revolución y tenía una visión de futuro. Había un montón de fenómenos culturales que acompañaban el fascismo y le daban una dimensión de ruptura con el viejo orden que, en este caso, era la democracia liberal.
Sí creo que hay una crisis de la democracia en un sentido más amplio, ahí es donde se meten estas cosas. Más que el peligro del fascismo es el peligro de otras cosas como la idea de Estado sin política, la división entre libertad individual y política, la idea de un tipo de capitalismo sin política. Era algo que existía como un fermento pero que algunas derechas lo están mirando, sobre todo los más utópicos, en Silicon Valley. Por ahora es una utopía pero a veces empiezan así y se vuelven más realistas.
Foto: Sebastián Freire.
Reynaldo Sietecase visitó Bahía Blanca y aprovechó la oportunidad para contactar a sus lectores y lectoras en una breve presentación de Periodismo, instrucciones de uso, un libro que prologó, compiló y para el cual escribió un ensayo. De la publicación participan Martín Caparrós, María O´Donnell, Hugo Alconada Mon, Ezequiel Fernández Moores, Cristina Alarcón, Martín Becerra, Leila Guerriero, Graciela Mochkofsky, Noelia Barral Grigera y Natalí Schejtman.
Entrevistado por Mauro Llaneza y Astor Vitali, el conductor de La inmensa minoría comentó en FM De la Calle los “ensayos sobre una profesión en crisis”.
Cansado de escucharme protestar contra algunas maneras en las que se hace el periodismo argentino, Raúl Carioli, director de Prometeo, me propuso escribir un libro. Lo pensé un poco y decidí convocar a una decena de periodistas a los que yo respeto, más allá de que con algunos tengo diferencias ideológicas pero los respeto por su trabajo riguroso. Y, además, elegí gente que hubiese escrito sobre periodismo. Creo que funciona como disparador para el debate. Hay textos que tienen que ver con la precarización laboral, con la concentración mediática, con la independencia, con el periodismo digital, el cliqueo, muchos aspectos. La idea es generar una especie de plataforma para la discusión con el eje central de que este laburo se puede hacer bien.
ML: En tu texto, y obviamente en la actividad cotidiana, hay mucha preocupación por el valor de la verdad, cómo se fue desfigurando el concepto y el rol de las audiencias. ¿Cuál es tu interpretación?
También lo toca Ezequiel Fernández Moores en el libro. Creo que se entró en una suerte de lógica bélica y, como dicen los corresponsales de guerra, cuando empieza una guerra la primera víctima es la verdad. En la Argentina pasó esto. Si bien no es un fenómeno local, eso termina afectando los contenidos periodísticos. Si uno deja de valorar la información solamente para afectar al otro, creo que hay una afectación de los contenidos. Y también del otro lado porque si se puede decir que la manera de comunicar está llena de mala praxis, hay una audiencia que en realidad no está muy preocupada por la calidad de la información que recibe sino porque esa información de alguna manera ratifique sus prejuicios y sus posiciones.
ML: ¿Por qué creés que esto es así? Comparando con otros momentos, ¿existía esa sanción al momento de cambiar de canal o de elegir otro diario cuando el producto periodístico perdía calidad?
Yo creo que se profundizó. Quizás existía antes pero no con este nivel de virulencia. Yo siempre recuerdo que Tomás Eloy Martínez cuando escribió su decálogo para periodistas, hace treinta años o más, en el primer punto decía que cuando un periodista trabaja mal él mismo es el principal afectado por eso porque pierde credibilidad, porque su nombre queda desprestigiado. Uno puede comprobar en los últimos años que no es así. Hay quien utiliza la información con algún objetivo político espurio, que informa más por su vinculación con gobiernos o empresas y les va bien. Tienen rating, ganan mucho dinero. Y logran eso, creo que con alguna complicidad de la audiencia.
Hay un sector de la audiencia que no le importa que le mientan, en este caso porque sus mensajes coinciden con lo que piensan. Es como un periodismo para la hinchada, son periodistas que trabajan para la hinchada, no la desafían.
Creo que cuando Tomás planteaba eso, en ese momento, un periodista que mentía no la pasaba tan fácil. Es un proceso que con el avance de las nuevas tecnologías se fue consolidando.
ML: Saliendo de los medios, ¿qué impacto ves en el propio debate público o democrático?
Una cosa es que un político trabaje para su hinchada o para fidelizar a un sector de su electorado, eso es totalmente válido. A mí me hace un poco de ruido cuando en nombre de mi ideología, de pronto miento. Hay una falta ética. Yo no creo que un periodista sea mejor o peor que un albañil o un maestro. Sí tiene un compromiso ético mayor porque está trabajando con información que hace mejor o peor el sistema democrático.
ML: Mencionabas el tema de la precarización, que está muy bien planteado en el artículo de Noelia Barral Grigera, y es interesante cruzarlo con el de Natalí Schejtman y ver cómo impacta en esta nueva modalidad el periodismo digital, que a su vez viene con una gran cuota de precarización en cuanto a lo laboral. Ahí se habla del periodismo de escritorio, de otras formas de trabajo que también precarizan los contenidos. ¿Qué mirada tenés sobre eso?
Cuando armé la lista de nombres y de temas me di cuenta, charlando con Martín Becerra, especialista en medios de comunicación, que nos estaban faltando dos temas que ninguno de los periodistas que estábamos llamando podía tratar bien. Uno es el de la precarización laboral: acá necesitamos a alguien más joven que, además, haya vivido este proceso donde, de pronto para poder sobrevivir, para ganar un sueldo digno tenés que trabajar en tres lados, si tenés suerte de trabajar en tres lados. Eso implica trabajar mal en tres lados: no tener tiempo, que te sobrexploten, etc. Entonces se nos ocurrió llamar a Noe.
Y a Natalí porque también nos interesó mucho las redacciones digitales que en principio van lentamente remplazando las redacciones tradicionales, pero para mí con muchos vicios. Si vos me pedís que en una tarde escriba diez notas, es muy difícil que pueda ir a la calle. Entonces, termina escribiendo lo que lee en otros portales. Si hay una toma de una fábrica o un corte de ruta, no sé si lo va a contar por lo que lee o ve en la tele, por ejemplo. Ni siquiera llama a alguien y habla con un dirigente o con los afectados. Creo que es una situación muy delicada la que está pasando con la información de la redacción. Los periodistas ya no salen a la calle, no hablan con nadie.
Natalí también cuenta muy bien cómo se estructuran las noticias. No hay un editor que selecciona las noticias más destacadas del día, lo va decidiendo el cliqueo, que es otro fenómeno muy singular también. Lo cuenta muy bien Martín Caparrós: el periodismo clic. Ya no hay un editor que dice esto es lo importante sino que los algoritmos van decidiendo por palabras u otras cuestiones, van determinando qué es lo importante y qué es lo que encabeza un portal digital.
ML: ¿Sigue siendo periodismo eso o es otra cosa?
Y… a veces es difícil calificarlo así. Pero bueno, tiene ese paraguas de periodismo. Está bueno que lo podamos ver críticamente. Por eso el libro se mete con una mirada crítica sobre estos temas y el intento de debate. Que no pase de largo, tratar de transparentar: esto pasa así. Si uno revisa los portales digitales se da cuenta que la mayoría de las noticias no son las que uno publicaría.
Son desafíos grandes los que se vienen. En ese marco, hay una cantidad de medios alternativos que están generando periodismo de otra manera. Porque no es que el periodismo está en crisis sino que está en crisis una manera de hacer periodismo.
AV: Te suelen presentar como periodista y escritor. Solés decir que preferís pensarte como poeta, escritor y periodista, en ese orden. Por lo tanto, la pregunta no tiene que ver con tu artículo sino con algo que valorás que es la belleza. En el libro, Cristian Alarcón plantea que parte de los desafíos del periodismo están imbricados con en el tema de la belleza, con lo estético. Cada formato tiene su lenguaje y sus herramientas estéticas. ¿Cuánto de eso te preocupa, te ocupa en tu propia práctica y considerás que mejora el producto periodístico?
Eso es muy importante. Incluso en el libro les pedí a todos que estuviera escrito en primera persona –algunos ya lo venían haciendo- y en periodismo narrativo para que los textos, independientemente del interés que puedan generar a algún lector vinculado al tema de la comunicación, también sean atractivos en general.
Para mí el tema del cómo es muy importante, muy trascendente. Ahí la gente de Anfibia está haciendo una búsqueda, incluso una búsqueda perfomática, un laburo realmente muy interesante.
Siempre hay que estar atento a eso, no solamente a la verdad. Un título es importante, el formato. No importa si el compromiso es con la ficción o con algo verdadero. Me parece que nunca hay que descuidar lo estético.
AV: ¿Qué importancia tiene para vos que el periodista, la periodista, más allá de que esté escribiendo ficción o no, tenga al menos a la literatura como insumo? Es decir, que lea, que se provea de una cantidad de herramientas para su propia práctica…
Eso me parece fundamental. Yo recomiendo incluso la lectura de poesía. En principio leer todo, lo que se pueda. Pero la poesía es muy útil para un periodista. No para que se dedique a la poesía pero, por ejemplo, para uso de metáforas, comparaciones. Para mí es muy importante la literatura para cualquier periodista.
El texto de Guerriero habla sobre ese tema. Cómo contar una noticia. Porque si vos arrancás a la mañana contando que hay ciento ochenta y cinco muertos de Covid, no te mueve un pelo ya. Pero si vos contás una historia con nombre y apellido: María Pérez, cuarenta y siete años, estaba sana, salió a trabajar temprano, se empezó a sentir mal a la tarde… cambia la cosa. El tema de cómo narrar también es parte del laburo y es muy importante y trascendente.
Porque además tiene que ver con algo que es ideológico, que es la empatía con la persona que vive el drama: una inundación, un problema, un despido. El otro día leí una nota y me sorprendí. ¿Yo dije esto? Dije que el principal problema del periodismo argentino era el ego. Y está bien porque es lo que dificulta empatizar con la persona que sufre, con la gente que está sufriendo el hecho que se narra.
AV: Hablaste de los medios alternativos en general. ¿Qué mirada tenés de la comunicación comunitaria, de la radio comunitaria que se hace en Argentina?
Me parece un fenómeno extraordinario. Yo siempre me siento más cerca de la radio que de cualquier otro medio. Me parece que son claves. Por eso cuando ustedes me convocan yo soy el primero en querer participar porque sé que cumplen un rol esencial en general porque están muy involucradas con la comunidad en la que están insertas y además porque en general hay un tipo de mensaje que no aparece en los grandes medios.
Por eso es importante, después que terminó desbarrancando la ley de medios, que se contemple claramente la importancia del tercer sector, de lo que no es ni privado ni público pero que cumple un rol esencial. Yo creo que un tercio de los medios de comunicación tiene que estar en manos de este sector.
ML: Pensando en lo que fue la ley, había algunos aspectos que tenían que ver con el sostenimiento de los medios. Hay una reestructuración a nivel mundial con la aparición de plataformas y el libro adelanta un debate vinculado a la forma de regular el peso que tienen Google o Facebook en la filtración de estas noticias y también en la pauta y el recurso económico. ¿Estamos muy lejos de esa discusión en Argentina?
Creo que empezó. Me dicen que algunos sindicatos estaban intentando impulsar alguna legislación. Empieza a pasar que en algunos países como Australia, Irlanda, comenzaron a discutir acerca de por qué Google o Facebook u otras plataformas usan los contenidos de todo el mundo sin pagar nada y se quedan con la gran torta publicitaria.
Empieza a aparecer esto de algún tipo de legislación que obligue a que dejen una parte y, en lo posible, que esa parte sea capturada por los medios alternativos que quizá necesitan algún tipo de financiamiento extra para poder seguir funcionando y que eso ayude a la pluralidad de voces.
El delegado regional del Ente Nacional de Comunicaciones, Nicolás Bartolozzi, dialogó con FM De la Calle acerca de los proyectos y la política del organismo, el régimen de aumentos en relación a las prestatarias de cable e internet y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
“En pandemia lo que se desnudó es la posición que ya existía y se potenció, que la comunicación es un servicio esencial y la conectividad termina siendo un derecho humano, así lo entiende el directorio. Que la comunicación sea un derecho básico y que la conectividad sea un servicio público estratégico”, comentó.
Bartolozzi señaló que “estamos trabajando con dos barrios que son El Saladero y en Villa Talleres armando un proyecto colectivo y comunitario intentando fusionar una pyme local y una cooperativa de trabajo que se conformó en función de los técnicos que fueron cesanteados de BVC, estamos intentado terminar los papeles, llevarla adelante y que genere un convenio de trabajo con una pyme que es Boyetécnica”.
“A la brevedad podremos estar presentando este proyecto del ENACOM a nivel central, con carpeta administrativa, jurídica y económica”.
Comentó que “en Pedro Pico 2700 hay una antena de la REFEFO (Red Federal de Fibra Óptica), si llegamos a buen puerto esperamos poder hacer zanjeo de fibra óptica por el costado de la ruta, llegar al Saladero y tender postes para dotar de fibra óptica a todo el barrio. Estamos viendo la factibilidad en cuanto a la etapa financiera como para ver si podemos extenderlo hacia el barrio Villa Talleres”.
Por otro lado, Bartolozzi se refirió al decreto declaró públicos y esenciales los servicios de tecnologías de la información y las comunicaciones: “Instruye a los miembros del ENACOM a tres funciones: que las tarifas de las telecomunicaciones (tv por cable, internet y telefonía fija y móvil) queden congelados desde el 31 de julio hasta el 31 de diciembre; del 1 de enero de 2021 hasta que se disponga lo contario lo que se hace es recuperar soberanía estatal, ya no va haber aumentos injustificados ni unilaterales, cada vez que la empresa considera que necesita hacer un reajuste tiene que presentar un plan de costos al ENACOM y los técnicos le dan autorización; y en tercer lugar se instruye crear una tarifa social”.
En cuanto a los últimos aumentos autorizados explicó que “ENACOM aceptó el pedido para una regulación asimétrica, las grandes compañías tienen autorizado un aumento del 5% en enero, a pymes y cooperativas se le da la posibilidad de aumentar 8% en enero, son empresas de menos de 100 mil suscriptores de lugares donde el capital privado no invierte. Están en el 64% de Argentina, son 266 localidades en 20 provincias. Hay 1200 pymes en todo el país”.
“Se armó una mesa de negociación, ellos revirtieron el viernes estas sumas indiscriminadas y se adaptaron a la normativa. Telefónica, Claro, Telecentro y Direct TV, van a devolver a través una nota de crédito lo que cobraron de más, un 12,5%”, mencionó.
Sin embargo, “Telecom, Cablevisión y Fibertel continuaron judicializando la medida, el grupo Clarín se toma de una presentación en una localidad muy pequeña de Córdoba, presentaron una medida cautelar sobre una situación particular. Ese fallo opera para una cablera 500 suscriptores, sin embargo, Clarín dice que le corresponde”.
El titular regional de ENACOM mencionó que “se intimó a la empresa devolver lo facturado más intereses. El miércoles pasado a través del conjunto de abogados de Clarín plantearon que no van a devolver. El ENACOM aplicó una multa y (ordenó) entablar las acciones judiciales pertinentes para que sea devuelto el dinero”.
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y pauta oficial
¿Hay en el ENACOM discusión para impulsar alguna normativa, visto lo que hizo el macrismo con la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, incluyendo los debates que se suscitan con los años?
No nos han informado del tema, la voluntad de Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner es hacer foco en al Red Federal de Fibra Óptica, retomar la TDA y una lucha para generar dispositivos que ayuden la población, recuperar soberanía a través las tarifas y de la tarifa social. Tengo conocimiento que hay colectivos de militantes sociales y políticos que han llevado adelante propuestas para ENACOM y que serán tratadas. Es imprescindible que transitemos el camino hacia una nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Foto: ENACOM
(Por Astor Vitali) Hace poco más de un mes –el 14 de enero- Morena Llanca Rosselló renunció al cargo de directora del Instituto Cultural de Bahía Blanca. Fue una demanda que unificó a todas las organizaciones de la cultura de Bahía Blanca, buena parte del movimiento obrero y dirigentes de fuerzas políticas variopintas que integraron el Concejo Deliberante (honorable, él) desde el retorno de la democracia a la fecha, a raíz de su intento de derogar todo el marco normativo que colabora con el acceso a los derechos culturales. Sumado a esto –con excepción de los sueldos de privilegio que percibieron quienes detentaron cargos políticos-, decidieron no ejecutar el presupuesto en el dramático contexto de pandemia durante 2020.
Al día siguiente, el intendente Héctor Gay designó a José Ignacio González Casali al frente del área. Durante los años 2018 y 2019 fue coordinador de los Organismos Artísticos del Sur y, hasta este nombramiento, fue director de Cultura del Instituto Cultural durante la gestión Rosselló.
En esta entrevista con FM De la Calle, el abogado delinea sus prioridades, enuncia sus compromisos ante la comunidad y esboza una mirada de política cultural para esta etapa del gobierno de Juntos por el Cambio en la ciudad.
Las siguientes líneas ayudarán a nuestra audiencia a responder la pregunta que se escucha por allí, con estrujo de garganta, como el murmullo de los fantasmas de los teatros abandonados: ¿cambia la política cultural o cambia un funcionario?
Asumís en un contexto de mucha crítica al gobierno de Héctor Gay por parte del sector cultural. ¿Cuál es tu mirada de lo que debe ser una gestión cultural luego de todo lo que ha pasado estos años?
Comenzar por el diálogo que me parece que es fundamental y tener la mirada de los dos lados: la comunidad artística y por otro lado el vecino que recibe todo ese caudal de propuestas. No olvidar eso.
El 18 de enero fue la designación de mi persona como director del Instituto Cultural y me encuentro en la situación de tratar de volver al diálogo y recuperar la confianza del sector cultural que estaba totalmente rota. Yo creo que de a poco se va logrando, demostrando con acciones, viniendo de un año muy complejo que fue durísimo para todos los sectores. Para el sector cultural, yo creo que uno de los más castigados por el tema de las prohibiciones que fue lo primero y lo último en reactivarse. Es un complejo panorama que hay que tratar de desenmarañar entre todos.
Parte de la desconfianza surge del hecho de que vos venías funcionando como director del área de Cultura durante la gestión de Rosselló al frente del Instituto Cultural. ¿Qué te une y qué de diferencia de la mirada que tenía esta funcionaria para el cargo que hoy ocupás?
Fundamentalmente el ser la cabeza del Instituto, cuando yo asumo entiendo que la figura del Instituto hay que recomponerla, hay que fortalecerla y eso lo puede hacer quien tiene el mando, en este caso mi persona como secretario. Son cuestiones personales, miradas distintas. No es por criticar ni nada pero la decisión es del secretario y esta es una oportunidad muy importante para mí para tratar de revertir todo esto y mostrar el interés real que tenemos por el sector yo y mi equipo. A mí me brinda una ayuda muy importante.
El ámbito de la cultura de la ciudad es muy grande y es muy difícil atender a todos. Entonces, el haber conformado este grupo con gente que ya se encontraba en la municipalidad pero ahora con un papel desde el gabinete cultural, me parece que está bueno, la pluralidad de ideas y de miradas siempre ayuda muchísimo.

Hubo una serie de denuncias públicas, entre ellas la de la Red de Comunicadoras de Bahía Blanca, criticando la designación de Rubén García por “prácticas violentas en sus espacios laborales o en tareas relacionadas a su profesión” y por públicas “expresiones misóginas, violentas y xenófobas” en redes sociales. Había sido designado en la órbita de planificación urbana a cargo de Tomás Marisco y ahora lo has ratificado en tu gabinete. ¿Toman estas denuncias que, si bien no son judiciales, han tomado estado público?
Ese tema fue tratado, bastante conversado y como ya ha ocurrido en otros casos, si llegara a existir algún tipo de denuncia formal obviamente cualquier funcionario, no solamente él, sería apartado del cargo. Pero en este caso son denuncias que si bien son públicas, como vos decís, no alcanzan ese rango. No tenemos que dejar de mirar eso y seguir trabajando.
Él ya formaba parte, ocupa un lugar importante. Más en esta actualidad que la mirada va a pasar por el espacio público y su conocimiento me parece valioso. Es una opinión más al gabinete que me parece valiosa. Obviamente todo está supeditado a cómo se va desarrollando todo y a la labor de cada uno. Nadie está atado a su lugar pero me parece que hasta ahora venimos funcionando bien y es importante.
Desde tu designación hay una modificación, en principio desde lo discursivo, que implica decir “mi gestión se hará en torno de las ordenanzas y del fortalecimiento del Instituto Cultural”. ¿Esto implica, además de tu visión, una reflexión del intendente Héctor Gay acerca de lo hecho en el ámbito cultural desde el inicio de la gestión hasta aquí?
Seguramente, desde que Morena presenta la renuncia, se está trabajando en un grupo de personas de sus allegados como su secretario en la conformación de este organigrama y, cuando me convocan, terminamos de definirlo. Yo creo que sí, es una mirada distinta. Es un llamado de atención. Obviamente estar en conflicto con otra persona o con otro grupo de personas no es agradable. Entonces, la idea es entre todos hacer lo posible para revertir esto.
Y debo destacar que desde todos los lugares porque no solamente desde nuestro lugar sino desde las agrupaciones y asociaciones del otro lado recibimos eso. Que es momento de sentarnos, de hablar, de tratar de llegar a acuerdos y no requerir por ahí el todo sino ir por parte y construyendo juntos.
Luego de este verano –climática y psicológicamente hablando- se espera, por el espejo europeo y por análisis de situación sanitaria, que la coyuntura en abril o mayo nos vuelva a dejar en casa o al menos con dificultades para la presencialidad, lo cual implica la necesidad de concebir con mucha destreza cualquier planificación. ¿Cómo ves la posibilidad de tu gestión en este contexto pandémico? ¿Qué están pensando en ese sentido?
Hemos aprendido en el 2020, que a todos nos tomó por sorpresa. Recuerdo haber visto la primera comedia completa, en un ensayo general, y pensar que íbamos a cerrar por quince días y que íbamos a volver. Esa incertidumbre que vivimos durante el 2020 me parece que nos sirve para aprender y tener planes a, planes b e inclusive planes c.
Estamos pensando muchas actividades al aire libre, muchas en formato presencial hasta que se pueda con un aforo reducido y que está habilitado por la provincia. Y muchas en forma virtual. Hicimos la convocatoria de “eventos permanetes” de esa forma.
La comedia va a ser grabada para tener un respaldo para poder trabajar con las escuelas en el caso de que haya un cierre definitivo. Por suerte, aprendimos del año pasado y no va a ocurrir lo mismo que ocurrió.

Desde el punto de vista de económico, asumís con un presupuesto confeccionado por Rosselló, claramente por debajo de los índices inflacionarios, más allá del fondo educativo. ¿Hay posibilidad de modificarlo, de pedir al intendente que revea alguna de esas partidas? ¿Cómo se puede hacer una gestión nueva interesada en la cultura con un presupuesto viejo desinteresado de la cultura?
En primer lugar, me interesa decir que tuve la seguridad de que las ordenanzas cumplían con su presupuesto, que eso me da una base y me da tranquilidad en ese aspecto.
Con respecto a lo extra, hay herramientas. Hoy estuve hablando sobre el tema de “Solidaridad cultural” y de ampliar el monto. El monto se triplicó al que existía. Es una herramienta que quiero darle otra impronta y que sea más fácil de utilizar porque es una muy buena herramienta y en ese caso tendríamos alguna ayuda.
Después está la ayuda privada. He mantenido algunas reuniones y algunos eventos van a ser apoyados también desde ese ámbito.
Si bien nunca es suficiente, creo que este año, como viene planteando vamos a poder cumplir y mejorar lo que veníamos haciendo.
¿Qué va a pasar con el presupuesto que no se ejecutó el año pasado?
Yo pedí un informe a Economía e inclusive el propio secretario lo explicó al Consejo Consultivo. Se habla de un número supuesto que puede llegar a ocurrir y que durante el 2020 no se dio por dos temas: por ingresos menores y por redistribución del ingreso a la municipalidad. El presupuesto es dinero que se presupone que va a ingresar a la municipalidad y que por emergencia sanitaria y económica el año pasado no se dio de esa forma.
Lo que tenemos la certeza es que lo que este año está presupuestado se va a cumplir. Se va a cumplir con las comedias municipales que, en este caso, van a ser tres porque venimos reprogramando la del segundo semestre del año pasado e inclusive lo que me pone muy contento es que la obra del primer semestre se va a estrenar en el club Tiro Federal, también cumpliendo con el primer semestre que se cumplió en lo económico con los actores pero por ahí el vecino no pudo disfrutar, que es muy importante y que nos hace valorar que estas instituciones tengan más fuerza, que el vecino las defienda.
Uno de los temas más conflictivos desde diciembre de 2015 hasta aquí fue el cierre de los talleres, en los que tomaron definiciones Rosselló como subsecretaria de Educación y Ricardo Margo como director del IC. Cerraron unos cien talleres barriales y la Orquesta de Miramar cerrada durante tres años. Había en la ciudad una grilla de talleres que respondía a las necesidades barriales en función de una distribución geográfica y eso fue devastado. ¿Cómo pensás el tema educación informal en la ciudad y qué harás en tu gestión?
Estamos terminando de armar un informe interno nuestro sobre los talleres, junto con los delegados y espacios de los barrios para poder tener nueva oferta y llegar a la gente con talleres nuevos aunque hay muchísimos talleres que se van a seguir realizando porque son talleres históricos.
Lo más complejo en este sentido es el tema pandémico. Estamos viendo alternativas para que los talleristas que no puedan darlo de manera presencial lo lleven adelante en forma virtual.
Va a haber una convocatoria en unos días para talleristas, para que se presenten con sus proyectos. En el mismo sentido, cuando veamos qué talleres van a funcionar, publicidad a los vecinos para que puedan disfrutar de esos proyectos.
Has dicho que las ordenanzas existentes en Bahía Blanca son importantes para tu gestión ¿por qué?
A mí me brindan una base importantísima y una seguridad para seguir trabajando durante el año. El resto es siempre es importantísimo y es sumar más y tener nuevas ideas e ir implementando nuevas políticas. Éstas específicas de la ciudad, me refiero a eventos permanentes, al Fondo municipal de las Artes y Espacios Culturales Independientes, son tres muy variadas. Reconozco que estoy en contacto con municipios de otros lugares y que no existen de esta forma. Se ocupan de sectores distintos pero muy valiosas y que me brindan a mí tranquilidad.
Yo contando con ese presupuesto puedo determinar que durante el año se realicen actividades que son importantísimas para la ciudad en lo cultural, en lo económico y en el movimiento de la ciudad, en el turismo. Lo mismo con los Espacios Culturales Independientes para trabajar con ellos en un circuito. Lo mismo con el Fondo Municipal de las Artes fomentando el crecimiento en los artistas locales.
Un punto que me interesa resaltar y que es importante en mi mirada: todo va a pasar a través del artista local y de cuidar lo nuestro y de fomentarlo y hacerlo crecer. Me parece que –y hago un mea culpa en este sentido- no quiero que pase lo mismo que a mí me pasó, que yo descubrí actividades en la ciudad que tanto viví, de grande. Yo no quiero que eso ocurra. Desde el primer momento que me empecé a involucrar con esto lo quise mostrar a través de algunas acciones que realizaba yo cuando estaba fuera del ámbito público. Hablando del vecino común, me parece que hay mucho desconocimiento y me importa que el vecino se involucre y se acerque. Así va a ser más fácil todo tanto para el artista como para mí en mi gestión, para defenderla internamente.

¿Qué quisieras agregar a modo de cierre de esta primera entrevista?
Vengo de hacer una pequeña conferencia de prensa junto con el nuevo director de Dos Museos, Christian Díaz, sobre el salón de arte que se va a realizar en conmemoración de los noventa años del museo. Me parece que es un hito de este año junto con la reapertura del teatro y con los setenta años del Museo Histórico, en que nos vamos a enfocar este año.
Esta muestra se va a realizar dentro de la municipalidad, rememorando ese primer salón de 1931 y se van a entregar premios importantes, que son premios adquisición, o sea que son obras que después pueden ser parte del museo.
Esperando que todo continúe en forma normal en cuanto a que la obra de teatro pueda terminarse en el mes de agosto, que es como está planificado, y podamos tener la reapertura que tanta gente está esperando.
Suscribite a la radio.
Porque la comunicación popular la hacemos entre todxs. Cambiar el aire depende de vos.
Ayudanos a que la radio comunitaria siga en la calle.